jueves, 9 de junio de 2016

De la nostalgia, psicópatas y cactus


 
Esta magnífica compilación de dieciséis relatos cortos (una media aproximada de seis páginas cada uno) rezuma amargura por todos sus poros, si bien destilada por la humanidad e impacto del tratamiento. Entre las páginas  del volumen nos vamos a encontrar con un mundo de seres egoístas, de intereses ocultos, como abuelos que se aprovechan de un individuo capaz de fingir por cobrar una herencia (Los huéspedes del Hotel Áldor) o niños cuya inocencia puede ponerse en entredicho (Bruno entre vampiros). La influencia social y familiar también sale mal parada, bien por lo que supone de presión y castigo sobre el individuo (El preludio de Las sílfides, Miniaturas, Laura, zapatos de rana, Un cuento de patos, Póquer), bien por lo endeble de las relaciones creadas (Cactus, Un gorrilla en el centro comercial, Últimas voluntades). Tampoco faltan la crítica a la intolerancia sexual (Miniaturas), la pederastia (Aviones), el machismo (Pulverízate) o el afán de lucro (Máxima audiencia). Salpicando tanto sufrimiento, se encuentran un par de cuentos intimistas, que no obstante comparten con los anteriores el tono desencantado: El canto del hurón y Fun colour for men (este último divertidísimo, será por acabar con una nota de humor).
La mitad de los relatos son realistas y la otra mitad, no. Entre estos, se cuenta uno filofantástico donde la bien usada técnica de mirar a través de los ojos de un niño impide saber a qué carta agarrarse (Bruno entre vampiros); otro de ciencia-ficción en que la cuota de pantalla y la popularidad determinan el grado de barbarie de los concursantes de un programa de telerrealidad (Máxima audiencia); uno surrealista, probablemente el más kafkiano, en que un individuo se transforma en un vegetal ante la indiferencia de sus seres ¿queridos? (Cactus); y dos abiertamente fantásticos, de fantasmas, que aprovechan para mezclar humor y horror (Un gorrilla en el centro comercial, Póquer). Aunque estas premisas sean más golosas de contar, y admitiendo que la mezcla de realismo y fantasía aligera inteligentemente el compendio, la autora se crece en los relatos en que configura universos malsanos de presión social (El preludio de Las sílfides, Miniaturas, Laura, zapatos de rana, Un cuento de patos). Estos están dotados de un toque nostálgico, que provoca la sensación de por qué poco el pasado pudo ser bello, pero siempre hubo algo ahí que lo impidió. Esta visión es lo más singular de la obra.
Supone una curiosidad Días con erre, el relato que da título al libro, estratégicamente situado en medio del volumen, por tratarse de una especie de thriller que recuerda a American Psycho, dada la narración en primera persona de las andanzas desquiciadas del protagonista. Rareza difícil de encajar entre los demás relatos, a menos que se interprete como una crítica velada a un sistema capaz de generar individuos así.
A pesar de toda esta heterogeneidad que surge del análisis, el libro se lee como un continuo fluido, gracias a que la autora no se posiciona respecto a sus personajes y, en cambio, combina en ellos flaquezas y virtudes que los humanizan, convirtiéndose sus historias en retratos de la complejidad del entramado de interacciones en que intentan sobrevivir.
El libro está escrito en un estilo fácil, para todas las audiencias, y no entra en juegos formales arriesgados. Se hace una apuesta por el contenido, con finales cerrados y sorprendentes, acaso con excepciones como El canto del hurón, con un final más abierto, que sirve de desahogo para los amantes de las dobles lecturas. A la autora le queda el reto de escribir relatos largos, esperemos que manteniendo la tensión igual de eficazmente, pero con un mayor desarrollo del argumento.
Entre las piezas que componen el volumen, figura un relato ganador y dos finalistas de certámenes literarios.

4 comentarios:

  1. Soy afín al género breve, tanto a la hora de enfrentarme a la página en blanco como a la de sentarme en el sofá orejero; por ello me atrae mucho leer reseñas de libros de relatos como en esta ocasión el que nos comentas. Tiene muy buena pinta, si se me permite decirlo. Gracias y si cae en mis manos y lo leo vendré a dejar mi opinión. Un saludo.

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  2. Este blog tiene mucho de reivindicación del género breve, así que me alegro de encontrar apoyos. El relato está a la altura de la novela en cuanto a calidad literaria, y esta compilación es un buen ejemplo.

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  3. Gracias por la sugerencia.Se acumulan los buenos libros para el verano y esto siempre es una excelente noticia. Fantástico blog.

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  4. 'Días con erre' encuentra un buen equilibrio entre liviandad y trascendencia, así que es una opción razonable de verano.

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